Una decisión estratégica para la economía y la seguridad nacional
Cada año, casi 60,000 contenedores transitan por Haití,
La reciente decisión del gobierno haitiano de prohibir el tránsito de mercancías destinadas al país a través de la República Dominicana marca un punto de inflexión decisivo en la lucha contra el contrabando y la inseguridad. Esta medida, impulsada por el Ministerio de Economía y Finanzas, es una decisión revolucionaria y responsable, elogiada por muchos por su impacto positivo en el fortalecimiento de las estructuras del Estado. Como pueblo que ha sufrido durante mucho tiempo los estragos del tráfico ilegal, esta decisión representa un paso necesario para recuperar el control de nuestras fronteras y proteger nuestros intereses.
Cada año, casi 60,000 contenedores transitan por Haití, pero el año pasado, aproximadamente 30,000 de ellos pasaron por Santo Domingo. Este desvío masivo priva a los puertos haitianos de su papel natural, lo que genera una pérdida económica significativa para la nación. Aún peor, este modus operandi favorece las redes de contrabando, orquestadas en particular por un tal « Xavier ». Xavier, un haitiano que se casó con una dominicana, lidera una vasta red de contrabando que escapa a todo control estatal. A través de este canal, las mercancías en tránsito pasan libremente, creando un entorno propicio para la introducción de armas, municiones y drogas en el territorio haitiano.
Es importante señalar que esta decisión gubernamental no tiene como objetivo los productos dominicanos de ninguna manera. Al bloquear el flujo incontrolado de mercancías en tránsito, el gobierno busca frenar las acciones de los contrabandistas y reducir el comercio ilegal de armas y municiones que alimentan a las pandillas violentas, responsables de tanto sufrimiento en nuestras comunidades. Además, esta medida ayudará a aumentar los ingresos aduaneros al redirigir las importaciones hacia los puertos haitianos, que permanecen completamente abiertos y operativos.
Sin duda, esta decisión no estará exenta de desafíos. Requerirá un seguimiento riguroso, una mayor coordinación regional y inversiones en la infraestructura portuaria nacional. Sin embargo, los beneficios potenciales son claros: reducción del contrabando, mejora de la seguridad fronteriza y aumento de los recursos disponibles para el desarrollo económico.
Al proteger nuestras fronteras y afirmar nuestra soberanía, recordamos que los intereses de Haití no son negociables. Esta elección estratégica marca un avance significativo hacia una economía más justa y una sociedad más segura. Ahora corresponde a todas las partes interesadas: gobierno, instituciones y ciudadanos, apoyar esta medida para construir un futuro mejor.
GPPC